Wednesday, December 08, 2010

A propósito del incendio en la cárcel.


Estoy impactado por el tono de ciertos comentarios, sobretodo de gente que tuvo el privilegio de la educación. Tan malo como la tragedia misma es el tipo de pensamiento despreciable instalado en tantas cabezas. Ninguno de los que denuncian y hasta celebran lo que pasó han siquiera rozado el nivel de marginalidad que condena y aísla a ésta gente desde el momento en que nacen. La gran mayoría para siempre. Si jóvenes profesionales, que imagino conocen el país en donde viven y se criaron, son capaces de confesar hasta alivio con ésta noticia, el llamado a retomar la pena de muerte, preguntando con 'ironía' si fue accidente o una buena noticia ¿qué les podemos pedir a quienes nacieron, vivieron y se criaron en la marginalidad extrema? No defiendo la delincuencia, respondo a un punto de vista absolutamente reprochable.

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