Sunday, May 24, 2009

Action Jack (sacar a $100).

Nunca fui fan de G.I. Joe. Creo que ni de chico me cayeron bien los milicos.
Pero me gustaban los juguetes. Nunca falta el recuerdo del compañero de curso que llegaba un lunes a lucirse en el recreo con sus monos originales, como un solitario Kiko sobrándose con 20 Chavos de sus lujos de juguete.
Nos peleábamos y le rogábamos que nos los prestara, para tocarlos, mirarlos, moverlos, hacer ruidos y jugar a la guerra. Hasta que se amurraba, nos quitaba los monos y los guardaba en la mochila. Y llegábamos a nuestra casa y le pedíamos esos juguetes a nuestros padres, subrayando que TENIAN que ser los originales, sino nó. Siempre nos dijeron que bueno, pero esas joyas nunca llegaron. Y dió lo mismo, porque poco después, en la feria donde mi mamá compraba todos los sábados, en el puesto de los plásticos, entre canastos para la ropa, lavatorios de colores, escobillones y manteles de hule, aparecieron estos señores: los Action Jack. Costaban ¡$100 pesos! y los ví empaquetados en cajita, en bolsa de nylon y hasta sueltos en un canasto. Obvio que se los pedí a mi mamá y como eran tan baratos me compró 5 altiro. En esos años llovía harto en invierno, pero putas que la pasé bien haciendo trincheras, tanques y castillos con cajas de cartón y los AJ.

Ayer, mirando el episodio del Brit Pop de la serie "7 ages of Rock", Noel Galagher decía que amaba el sentido universal de "Cigarrettes & Alcohol", por que todo crío de 16 años, en cualquier época de la historia y en cualquier ciudad del mundo, teniendo puchos y copete era feliz. El resto era el resto. Ok, esto también cae de cajón: yo era (soy) malo para la pelota (despues igual jugué baby varios años despues), lo mío era andar en bici parriba y pabajo, pelusear, conocer Santiago, subir el Cerro San Cristobal, armar y desarmar juguetes e incluso me costruía mi propio castillo de Greiskol con cajas de cartón, tijeras y stick-fix. Con los Action Jack el horizonte se expandió, las fantasías infantiles puedes ser abrumadoras en sus matices y un pendejo hiperkinético con ganas de hacer wevadas y con la cabeza a full todo el rato (todoelratotodoelratotodoelrato), descubriendo que puede hacer las voces de un regimiento -todas distintas- y que lo único que tiene que hacer es que se le ocurran tramas para las aventuras de sus guerreros. Al interior del dormitorio estaban los cuarteles y el resto de la casa eran territorios por conquistar.
Con tijeras, cartón y pegamento, todo era posible.

Y los Action Jack, claro.



PD: ¿mencioné que podias armarlos y desarmarlos a tu antojo? ¿y que la parte de la cabeza era una verdadera "espina dorsal" que sujetaba el tronco?¿ y que como eran de colores, podias hacer puzzles con tus monos? ¿ah?.


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